IMPIADOSA SOMBRA
La
luz apaga sigilosamente
los
ojos de la noche,
que
se asoma a todas las ventanas.
No
quiero esa noche que viene
caminando
de blanco
-por
si un niño extravía su casa-.
No
quiero que me dé la mano
no
quiero que me lleve
al
pozo del que viene.
Alguien
le dice “basta”
pero
no tiene oídos.
Alguien
suplica “por favor”
pero
va descalza.
Camina,
y es terrible,
porque
se detendrá frenando al tiempo.
Su
mirada ennegrece y fulmina
todas
las cosas blancas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario